domingo, 15 de agosto de 2010

Niveles de advertencia

Básicamente, la diferencia entre cánidos relacionándose entre sí, versus la relación humanos-cánidos, es que los cánidos tienen múltiples niveles de advertencia. Esto significa que dejan la agresión como último recurso. Antes de agredir hay todo un conjunto de manifestaciones (o rituales) tanto verbales como corporales, que van desde una simple mirada, a un gruñido, a tirar una mordida al aire, etc., que sirven como disipadores.



Los humanos sin embargo, en su gran mayoría tenemos el "hábito" de utilizar ese último recurso como único recurso. Por eso es que raramente los perros responden ante nuestra mirada, sino que sólo responden ante el golpe. ¿Qué advertencia diste antes? Por lo general, ninguna, o tal vez una muy breve que ni siquiera da tiempo al perro a cambiar su conducta.


El mejor ejemplo que se me ocurre ahora es imaginar el estado de ánimo de un perro como una suerte de semáforo. Cuando está en verde, está todo normal y en paz. Cuando está en rojo, es una guerra desatada.


Semáforos humanos, semáforos caninos:


Los humanos sólo solemos tener verde y rojo, y en muy contados casos, un muy breve amarillo. Esto significa, o estamos en paz, o castigamos, sin medias tintas.


En comparación, los perros y los lobos, tendrían un semáforo más sofisticado, imagina un semáforo de 4 ó 5 colores. Verde (estamos en paz), Azul (hummm), Amarillo (me estás poniendo nervioso, vete), Naranja (última advertencia: o te vas, o se va a poner feo), y por último, rojo.


Lo bueno de este sistema de "semáforos imaginarios", es que un perro solo necesita "ver que cambió a azul" para deponer un comportamiento, no le hace falta que se le de una golpiza cada vez.


En la práctica

Las próximas veces (plural, significa muchas veces!) que veas a tu perro hacer algo que tú consideres molesto, en lugar de pasar de ignorarlo a castigarlo, haz la prueba y recuerda lo de los semáforos. Planifica cuidadosamente qué comportamiento vas a asociar con cada uno de los cinco colores. Por ejemplo, el verde puede ser ignorar completamente a tu perro; el azul es girar tu cabeza hacia él y mirarlo fijamente; el amarillo, ponerte de pie mirándolo fijamente y diciendo "nooooooooo" en forma grave y como advertencia; el naranja regañarlo ya de forma sobreactuada (como si le estuvieras ladrando). Y en el último, ultimísimo de los casos, llegarás al rojo, donde puedes por ejemplo darle una sacudida tomándolo por su piel alrededor del cuello. Por supuesto, que difícilmente (léase: prácticamente jamás!) deberás llegar al rojo. ¡Yo estimo que debo haber llegado a "rojo" una o dos veces en mi vida!


Debes emitir siempre tus advertencias en el mismo orden, y sin brincarte ninguna, sin importar qué tan malo sea el comportamiento de tu perro.


Inmediatamente que tu perro deponga su mal comportamiento (y sin importar en qué "color del semáforo" te encuentres) deberás volver inmediatamente al verde. Si sigues mostrándote enojado, tu perro no aprenderá que hizo el comportamiento que buscabas. La mejor manera de describir a un perro deponiendo un mal comportamiento es lo que la gente (erróneamente) identifica cuando su perro "se ve culpable" (los perros son capaces de sentir muchas emociones parecidas a las nuestras, pero la culpa no es una de ellas!).


Tips y advertencias:

Nunca te enojes de veras con tu perro. Actúa como si estuvieras enojado.


No castigues a tu perro por tiempos prolongados. En cuanto muestre buen comportamiento, se terminan las consecuencias negativas.


No practiques esto con perros que no sean los tuyos, ni con tus propios perros si tu liderazgo no está plenamente establecido, o de otra manera te arriesgas a que el perro también incremente el nivel de agresión, pudiendo llegar, incluso, a atacar. Lee el artículo sobre NELVEG para aprender a crear liderazgo.


Con un cachorro, jamás llegues al "rojo".

No hay comentarios: